¿Cómo Keiko pudo llegar a ser candidata?, se pregunta el New York Times
“ En algunos países una historia familiar tan complicada constituiría un obstáculo para alguien que busca ser elegido presidente. Pero no en el Perú” dice Simón Romero en el New York Times del 27 de Mayo del 2011, sobre Keiko Fujimori, para vergüenza de nuestro sistema judicial y estándares éticos como sociedad. En efecto, la pregunta no es cómo una persona con tal historial a cuestas está tan cerca de convertirse en la primera mujer presidenta del Perú (¡!). La pregunta es ¿cómo pudo llegar a ser candidata?
El artículo cita también al ex-embajador de EEUU en el Perú, Dennis Jett, haciendo una analogía entre Keiko Fujimori y la hija de Nixon. Sería, dice Jett, “como tener a Tricia Nixon postulando a la presidencia a la edad de 35 años, si su padre hubiera recibido la condena carcelaria que merecía, con un programa consistente en nada más que perdonarlo”, afirma Jett.
Resulta interesante que el artículo, que aparece, entre otras, con la foto que adjunto, se publique en la sección "Saturday Profile" dedicada por lo general a personalidades carismáticas, con lo cual se nos manda un mensaje un tanto ambiguo. No obstante la cita inicial, creo que la posición del fujimorismo está bien representada en este artículo, que cita a a K. Fujimori at large, incluye fotos de su vida en familia y remata citando a un un fujimorista de a pie. Pero también proporcionan, por otro lado, un recuadro con fotos y testimonios referentes a los asesinatos de La Cantuta.
En conclusión, no quedamos nada bien, internacionalmente, con esta candidatura. El artículo se titula “A Second Fujimori Contends for Peru’s Presidency”, New York Times del 27 de Mayo, 2011 y se encuentra en http://www.nytimes.com/2011/05/28/world/americas/28peru.html?scp=2&sq=Peru&st=cs.
Otro sí: si bien varias veces he sido crítica del New York Times por mandar mensajes velados pretendiendo neutralidad, ahora, comparándolo con lo que se ha convertido la mayor parte de nuestra prensa nacional en esta campaña electoral (hablando de estándares éticos...) debo decir, gracias New York. Times.